Las consecuencias de las invasiones en San Bernardino y parroquias fronterizas

"Estamos atrapados en violencia"

Además de la Torre de David, 24 edificios invadidos cercan a la parroquia Candelaria

MIGDALIS CAÑIZÁLEZ V. , DELIA MENESES |  EL UNIVERSAL

miércoles 11 de abril de 2012  12:00 AM

Ayer los vecinos de la Torre de David, ubicada entre las avenidas Urdaneta y Andrés Bello, solo hablaban de lo sucedido este lunes, cuando más de cien funcionarios allanaron la edificación y se paralizó la actividad comercial y la circulación vehicular por la zona durante más de seis horas. 

"Hay mucho miedo, nadie quiere denunciar porque no sabes con quién estás hablando. Ayer (lunes) sentimos que quedamos atrapados como en un triángulo de guerra. No se escucharon tiros pero habían muchos policías y se escuchaban golpes de martillos y gritos. Fueron como cuatro horas de terror", afirmó una de las comerciantes informales de frutas, cuyo puesto está en la entrada de la avenida Vollmer, quien no se identificó y que vive en el refugio del antiguo Sambil.

"Para los vecinos de Candelaria, San Bernardino y todo el Norte de Caracas esta Torre Confinanzas, que fue invadida en 2007, se ha convertido en una alcabala de la muerte", afirmó Carlos Julio Rojas, coordinador de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria. 

De acuerdo a las cifras que maneja, en las adyacencias de esta torre se registran entre 10 y 15 arrebatones interdiarios; ocurren entre uno o dos secuestros exprés diarios de empleados de las demás torres financieras que quedan en el sector y entre 5 y 7 robos a los cajeros automáticos de las entidades bancarias. Sin incluir "los actos de prostitución infantil y violaciones que se cometen pero no se denuncian". 

A una cuadra de la torre, en la avenida Vollmer, está ubicada una parada de la Línea de Sarria, Teleférico-Simón Rodríguez, que opera en la zona desde 1956. Uno de los fundadores, quien no se identificó, afirmó que desde hace cinco años los atracos en la línea son semanales. "La inseguridad está en todas partes, pero aquí uno no sabe cuando le toca. Se meten en la camioneta y te dicen: robar está permitido ahora, pero esto no es un robo sino una colaboración". Esta situación les ha obligado a limitar el servicio de transporte hasta las siete de la noche en algunas partes y en otras hasta las nueve. 

Detrás de la torre funciona el Centro de Educación Inicial Santos Luzardo, donde estudian unos 200 niños. Ayer, la directora se excusó de hablar por temor. Sin embargo vecinos del sector afirmaron que "esta era una escuela muy tranquila e incluso hasta cerraban la calle para hacer las actividades de los niños, pero ahora ni salen y han sacado a muchos chiquillos". 

El apartamento de Marina Pereira da hacia la torre de David. Desde su balcón ha visto escenas perturbadoras: desde intercambio de disparos, escenas de sexo en los pasillos, y hasta pedazos de lo que parecen cuerpos flotando en un pozo. Hace varios años, el Banco Mercantil, para evitar a sus empleados presenciar escenas como éstas, optó por sellar las ventanas del costado de su sede que da hacia la torre. 

Con estos nuevos vecinos también se incrementó el ruido, la basura, "además del robo de los servicios públicos que se refleja en nuestras facturas", cuenta Leonardo Teixeira. 

Según las cifras de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria, unos 25 edificios tomados ilegalmente cercan a la parroquia y varios de ellos están ubicados junto a sedes de organismos públicos. La torre Confinanzas queda a una cuadra de la Contraloría. La torre Viasa, donde en enero de 2008 fue hallado el cadáver descuartizado de un invasor, está a una cuadra de la Defensoría del Pueblo y frente a la sede del Seniat. 

A media cuadra de la Fiscalía, está la antigua sede de Radio Continente, también invadida. Y de Platanal a Ferrenquín, donde funciona el Ministerio de Interior y Justicia, hay dos edificios ocupados ilegalmente. 

"VIVIMOS AQUÍ POR NECESIDAD"

EL UNIVERSAL

miércoles 11 de abril de 2012  12:00 AM

Este martes nadie salió a trabajar y "todos estamos a la expectativa, porque no sabemos qué nos va pasar. Nos trataron como animales, le echaron tiros a los escaparates, rompieron las puertas con unas mandarrias y nos gritaban que no teníamos derecho a nada porque somos invasores. A un señor hasta le rompieron un televisor tipo plasma", afirmó una habitante de la Torre Confinanzas, quien por temor no dio su nombre. Ella vive junto con su esposo y tres hijos y compró hace dos meses y medio un espacio por 20 mil bolívares. "Estamos aquí por necesidad, porque vivíamos arrimados y nos dieron esta oportunidad. Muchos queremos salir de aquí, porque sabemos que no es un sitio ideal, pero no para un refugio sino para una casa". 

Afirma que la edificación tiene 48 pisos pero solo están ocupados 28. Cada piso tiene un coordinador a quien le pagan 150 bolívares mensuales para el mantenimiento de la torre y una vez al mes se hace una limpieza general donde participan todos los habitantes. En cada piso hay una bodega que "por cierto, fueron saqueadas por los funcionarios policiales". 

"Aquí viven guardias nacionales, abogados, odontólogos y profesores, todos trabajamos y a las personas de mala conducta las sacan de la torre", aseguró. 

Otra joven que tampoco quiso identificarse relató que se mudó hace un mes y compró un espacio, más pequeño, como para una habitación, a 5 mil bolívares, "pero ya le he gastado 5 mil más en los arreglos y el baño, porque cada quien tiene que hacer su baño". Según el coordinador de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria actualmente allí conviven 750 familias, 3.500 personas.