sábado, 19 de septiembre de 2009

¡Estoy harto de la criminalidad! ¡Estoy harto de que nos sigan matando, en especial en San Bernardino!

Transcribimos la triste noticia de este nuevo crimen en nuestra urbanización, y de un joven de 26 años. Toda nuestra solidaridad con su familia.

El ingeniero en sistemas Olindo Julio Agostino De Ciccio (26), fue asesinado en San Bernardino, por unos delincuentes que intentaron despojarlo del carro que conducía, un Toyota Corolla año 96, propiedad de su abuelo.
Vivía en Colinas de Bello Monte, y el jueves salió con unos amigos. A la una de la madrugada le dio la cola a un amigo que andaba con su novia y fue a dejarlos cerca de la entrada de Galipán.
“Yo le dije, cuídate que la calle no es segura. Me respondió, no papá, yo voy para el CCCT. Luego fue a San Bernardino y me lo mataron. Aquí es difícil que se haga justicia”, dijo el constructor italiano Olindo De Ciccio, cuando esperaba los restos en la morgue de Bello Monte.
Al constructor lo acompañaban varios amigos, le daban apoyo, lo abrazaban y lloraban con él. Constantemente recibía llamadas a su celular, de personas que le manifestaban su solidaridad.
Yo estoy aquí esperando y su madre está en la casa, llorando igual que yo. Era la única razón para quedarme aquí, ahora ya no tengo que quedarme. Hace años le dije para irnos y me contestó ‘este es mi país, tengo que quedarme y luchar por él”.
El joven se graduó en la Universidad Central de Venezuela hace cuatro años, en la especialidad de redes. Recibió dos disparos, uno de ellos de ejecución, en una oreja.
Cuando el señor De Ciccio llegó de Nápoles, hace 36 años “me enamoré de este paraíso terrenal. No había país más lindo que éste, pero ya no es un país, es un infierno.
Aquí llegó soltero, se dedicó a la construcción, se casó y nació su hijo, unigénito, “por el que luché tanto”.
El constructor ha sido víctima del hampa en seis oportunidades, siempre para robarle la nómina de pago de sus trabajadores. Tenía una constructora, pero “este gobierno me la quitó y ahora vivo pensionado”.
En dos oportunidades lo asaltaron a punta de pistola, una vez le dispararon “pero me salvé”. Otro día lo dejaron atado y amordazado en el sótano de una quinta que estaba construyendo en La Lagunita, y permaneció seis horas inmóvil.
“Este es el drama de vivir en un país donde no se enseña respeto por el ser humano, se habla de tanta cosa, discursos políticos que no sirven de nada, esta es la realidad”.
El vehículo Toyota fue hallado, chocado, y lo remolcaron al Cicpc de Simón Rodríguez, para someterlo a experticias.
Vía “
El Carabobeño





Imagen del padre de la víctima.

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